La boda de Nerea y Sergi fue un verdadero sueño en tonos otoñales, un himno al romanticismo que se celebra cuando el verano se despide. Su deseo era crear un ambiente acogedor y elegante, sin renunciar a esa esencia rústica que tanto nos gusta.

Desde el inicio, los detalles robaron la atención. El rincón de bienvenida fusionaba el glamour vintage con nuestra filosofía: un espectacular espejo dorado reflejaba la luz sobre una base rústica. Pero el toque contemporáneo lo puso el photocall, donde un sofisticado Chester marrón y un jardín vertical enmarcaban un potente neón con el mensaje que lo decía todo: «Donde sea pero contigo», una frase que resume su historia.

El verdadero elemento estrella de la decoración fue, sin duda, el Seating Plan. Diseñado de forma única, utilizamos damajuanas sobre una mesa de madera maciza. Cada damajuana, adornada con flores en tonos naranja, terracota y granate, representaba una mesa, creando un mapa visual y botánico para los invitados.

Y la ceremonia… ¡fue mágica! En un arco de madera cuadrado, montamos un impresionante arco de flor. La gasa blanca se combinó con una rica paleta otoñal (naranja, crudo, beige y granate), creando un portal floral hacia el «sí, quiero». El pasillo de alfombras rústicas, y el pequeño rincón de pétalos biodegradables, hicieron de este rincón el lugar perfecto para sellar su amor.