Fran y Adriana celebraron un amor con vistas al cielo de la capital. En pleno centro de Madrid, con la Gran Vía como telón de fondo, se dieron el «sí, quiero» en una boda de estilo minimalista y sofisticado, bajo la elegante paleta de blanco y negro.

La ceremonia fue una declaración de intenciones chic y moderna. Instalamos un llamativo arco nupcial triangular en color negro que, enmarcando las vistas, contrastaba con el brillante neón «Better Together». El arreglo floral, puramente minimalista, se centró en el contraste del verde y el blanco, con el exótico Anthurium como flor protagonista.

Esta estética limpia y moderna continuó en el banquete. Diseñamos centros de mesa en diferentes alturas utilizando únicamente tonos blancos. La luz de las velas complementó la decoración, añadiendo un toque de calidez a la mesa sin romper la elegancia de la paleta. Una boda que demostró que el verdadero impacto se encuentra en la simplicidad audaz.