Carolina y Edu eligieron la belleza idílica de El Jardín de Botero para sellar su amor, y nosotros transformamos sus rincones en un auténtico cuento botánico. Su boda fue una celebración de la vida, llena de color y detalles orgánicos que respetaban y potenciaban el entorno natural de la finca.

El elemento más espectacular fue el Seating Plan, que se convirtió en un pequeño jardín en sí mismo. Colocado sobre una mesa utilizamos rodajas de madera natural como marcadores de mesa, cada uno con los nombres de los invitados. El conjunto se asentaba sobre una base de musgo y estaba acompañado por damajuanas y flores de vibrantes colores, creando un impacto visual fresco y muy original.

En el mismo jardín, diseñamos un rincón de bienvenida acogedor con cartelería sobre una mesa vestida con tela de gasa, y dimos un toque bohemio con alfombras de ratán y damajuanas. Pensando en el confort, no faltó nuestro set salvatacones y el popular rincón de cambio de zapatos con alpargatas, para que la fiesta nunca parase.

Además de toda la decoración, Carolina y Edu confiaron en nuestro servicio de colocación. Nos encargamos de organizar con mimo los detalles de los invitados con la precisión de un sastre. Porque un día tan especial, lo importante es que la pareja solo tenga que preocuparse de disfrutar.