Íbamos a crear un altar precioso en un cenador al aire libre en pleno campo de golf, pero llego la tormenta y se puso a llover. Ni el tiempo nos para. Buscamos un plan B, para conseguir cumplir los deseos de esta pareja. Creamos un arco cuadrado, frente a unos ventanales enormes que dejaban ver todo el campo de golf; con tonos morados acorde con el ramo de nuestra novia le añadimos dos grandes arreglos florales, presidiendo el altar y acompañado de alfombras de yute y unos cestos con flor, además de unos botoniers de lavanda y paniculata colocados en las sillas, formaron un altar perfecto pese a la lluvia.

Su candy, con toques de mesa de fiesta también lucia tonos morados para conseguir conjugar ambos espacios.