Alba y Jaime nos invitaron a Miravalle para crear dos rincones llenos de significado. Su boda fue un viaje entre la elegancia vintage y el profundo amor por la naturaleza, haciendo una oda a sus raíces y al «olor a pueblo».

El recibimiento de sus invitados combinó la sofisticación con el aire rústico. Diseñamos un rincón de bienvenida donde un espejo vintage con marco dorado descansaba sobre una mesa de madera. Grandes damajuanas y una suave tela de gasa creaban el telón de fondo perfecto, dando un toque de distinción desde el primer momento.

Pero la auténtica joya de la corona fue, sin duda, el Seating Plan. Transformamos una mesa en un verdadero jardín en miniatura cubierto con musgo, jugando con diferentes alturas para crear un paisaje orgánico. Sobre este manto verde, colocamos las minutas realizadas en papel de acuarela, que presentaban ilustraciones de las plantas que tenían un significado especial para la pareja. Lo más sorprendente fue la integración de elementos naturales: gerberas, y frutas como limones y uvas se posaban directamente sobre el musgo junto a las flores. El resultado fue un rincón de exquisita artesanía y aroma a hogar, que transportaba a los invitados a un rincón de la naturaleza y el recuerdo.